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La Legión, mucho mas que un club: Relato de un viaje de amigos a Tandil.

“César querido, Como andas ¿Qué haces el 25 de mayo?”, ese fue el mensaje que recibí de Marian doce días antes y que dio comienzo a este gran viaje que ya se venía gestionando. Al día siguiente ya formaba parte del grupo “Maratón Tandil”, en el cual estaban Sergito, Dipi, Marian y Nelson (Sirenaman para la gente del club). Lo primero que se habló fue el horario de salida, alguno tiró…” y hay que salir 04:00, 04:30 porque tenemos 4 horitas de viaje” … ¿COMO? Y si…teníamos 350 km por delante, comenzando 5º categoría a las 10:00, así que sí, a madrugar se ha dicho.
Una vez fijado el horario, surgió el tema casi principal del viaje, el tenis de mesa… No, el morfi!!!, ¿Qué vamos a desayunar?, ¿Qué vamos a almorzar?, si vamos para allá, ¿Adónde compramos los quesos y salamines?…Luego de un sinfín de debates, averiguaciones, comentarios de google, consultas de apertura por ser feriado, etc, etc, etc…listo, ya teníamos decidido donde comprar los churros y pastelitos, adonde íbamos a comprar los quesos y salamines, y donde se preparaba locro, lo cual se nos complicaba por ser horario de pleno torneo.
Los días fueron pasando y ya nos acercábamos al día del evento, así que bueno vamos a ponernos un poco más serios: se estuvo hablando y viendo que clubes había por los alrededores, cantidad de jugadores, cantidad de partidos de la mayoría, posibles rivales y demás cuestiones a tener en cuenta. Último día previo a la salida, día de entrenamiento y me cruzo con el quinto legionario que formaría parte y sería figura destacada de esta “aventura”: Gastón. Ahora sí, ya estaba el equipo completo, todos a dormirse temprano que hay que levantarse temprano…eso nunca ocurrió, todos despiertos hasta altas horas de la madrugada, la ansiedad del viaje se hacía presente.

Llegó el día, arriba bien temprano (02:45, si ufff), había que terminar de preparar todas las cosas a llevar: el mate, la heladerita, la casaca de la legión y la rojinegra, todo listo, en marcha. Arribamos al Club Excursionistas de Tandil a eso de las 09:40, luego un buen viaje, con mate, churros, risas y muchas charlas. Conocimos a José y a Fernando Tassara, y en seguida nos pusimos a pelotear. Excelente desempeño legionario en 5º categoría, ubicando en la final a Cristian y Gastón, siendo vencedor este último, en un peleadísimo 3-2. 4º categoría tampoco nos fue tan mal, ubicando a Marian en el tercer puesto, luego de una semi muy peleada con Bianca Oliva (luego campeona).
Al llegar el momento de 3º categoría, ya un poco jugados con el horario, decidimos ir a recorrer las calles de Tandil y pasar por la otra cita obligada: “Época de quesos”. Luego de recorrer la hermosa casa antigua donde funciona el negocio, no podía faltar deleitarse con una exquisita picada con cerveza artesanal, y lo mejor, con amigos. Muchas charlas, risas y recuerdos de anécdotas que forman parte también de este hermoso deporte.
Siendo ya casi las 18:30, emprendimos la vuelta, previa compra de quesos y embutidos por parte de todos para volver a deleitarse en casa. Vuelta tranquila y más rápida, con el cansancio del viaje y de los partidos disputados, pero con la satisfacción de los trofeos conseguidos, pero más importante aún, el haber compartido este hermoso día con amigos, el haber conocido a la gran calidad de personas de Tandil que demostraron un excelente nivel en las mesas y el haber representado a La Legión en tierras “lejanas”. Gracias Cyn por haber ido y por el aguante.

Además, quiero agradecer a Julián por darme la oportunidad de contar mi experiencia de este viaje, para que se vea que este deporte no solo sirve para reunir un par de personas en la semana para entrenar, sino que puede ser (y debería ser así en todos lados) un lugar de encuentro donde compartir excelentes momentos y grandes amistades, unidas por el tenis de mesa.

Por último, aprovecho la oportunidad para agradecer públicamente a Julián por permitirme formar parte de este hermoso grupo como es “La Legión” y por todo lo transmitido durante estos poco más de dos años, y no solamente técnica, sino también, garra, compromiso, mucho amor y dedicación de esto que llamamos tdm.

Cesar Provenza